miércoles, 19 de octubre de 2016

Yo, José Cadalso, escritor y blogger


Me presento

Me llamo José Cadalso y Vázquez de Andrade, se me conoce más como Dalmiro, pues fue el pseudónimo literario que utilice y tras el que escribí mis obras. Fui militar español y según sé, se me describe como un valioso literato. Se me conoce, sobre todo, por dos de mis obras más famosas; Noche Lúgubres y Cartas Maruecas.

Mi infancia entre viajes

Hoy a mediodía me han comunicado un cercano viaje a Cádiz, mi tierra natal,en la que pasé mi infancia. Por ello, he decidido que hoy voy a hablaros sobre ella.
Mi nombre es José Cadalso, nací en Cádiz, el once de octubre de 1741. Mi familia, sin embargo, no procedía de allí, pues mi familia paterna pertenecía al señorío de Vizcaya. Mi  nacimiento vino acompañado de una desgracia, el trágico fallecimiento de mi madre. Esto, añadido a la ausencia de mi padre, hizo que mi crianza estuviera a cargo de mis tíos. Aunque, por otro lado, mi nivel académico resultó ser muy alto, ya que pude estudiar en Francia. Allí conocí a mi querido padre, a la edad de los trece años.
Después de terminar mis estudios en aquella tierra, dediqué mi vida a viajar por los países europeos y así poder enriquecerme de manera lingüística y cultural.
Como ya he citado anteriormente, comencé a estudiar en Francia, aunque más tarde me trasladé a Inglaterra para seguirle la pista a mi progenitor. También pasé largos años de mi vida viajando por Italia y por lo que actualmente llamamos Alemania. Finalmente, volví a instalarme en París y, tras un largo tiempo en el que pase por Flandes, volví a mi tierra natal, España.
A los dieciséis años, por orden de mi padre, ingresé en el Seminario de Nobles de Madrid.





¿Cómo fue mi vida sentimental?

Esta mañana ordenando el armario, he encontrado un antiguo libro, un libro con muchos recuerdos. Un libro que en el pasado había pertenecido a mi amada, al abrirlo encontré en el una bella flor que le había regalado y que ella usaba para marcarlo.
Así es que hoy, como todos los días, os voy a contar un poco más de mi, en este caso, de mi vida sentimental.

En 1770 regresé a Madrid y mantuve un amor apasionado con la actriz teatral María Ignacia Ibáñez de 24 años. Ella representó el papel de Doña Ava en mi obra Don Sancho García y es la “Filis” en los versos que escribí. En mi corazón, siempre será “la mujer de mayor talento que yo he conocido y que tuvo la extravagancia de enamorarse de mí cuando yo me hallaba desnudo, pobre y desgraciado”. Aparentemente, todo iba bien, hasta que, de manera inesperada, María murió de tifus a los 25 años. En ese momento, yo tenía 28 años y, tras la muerte de mi amada, quedé sumido en una gran tristeza, que me provocó una depresión de la que surgió mi obra Noches Lúgubres .

Mi vida en a defensa de mi patria

Camino a casa me he encontrado con un antiguo compañero de batallón con el que estuve hablando y rememorando viejos tiempos en la compañia. Por aquellos tiempos mi padre me había ingresado en el Seminario de Nobles de Madrid ya que mi padre quería corregirme en las costumbres y en mis ideas religiosas y prepararme para un trabajo covachuelista que yo detestaba. Fingí inclinación por ser jesuita, ya que mi padre detestaba a los de la Compañía y así conseguí que me sacara de allí.  Intenté persuadirle diciéndole que lo que me gustaba era la carrera militar, lo que no le hacía mucha gracia. Así, pude valerme de estos tormentos para que mi padre me devolviera a Europa y, entre los dieciocho y los veinte años viví de nuevo en París y Londres hasta que me llegó la noticia de la muerte de mi padre en Copenhague en 1761.
Entonces, tuve que regresar a España para arreglar papeleo de la herencia de mi padre.
Y más rápido de lo que pensaba me vi sin ningún patrimonio y me alisté al regimiento de caballería borbónica en el año 1762, y participé en la campaña de Portugal, donde tuve un violento duelo a espada con mi antiguo discípulo el marqués de Tabuérniga. En marzo del 1766, ya en Madrid, seguí con interés el motín de Esquilache , y llegué a salvar, con mi intervención, la vida del conde O'Reilly.

La Ilustración

Para que sepáis un poco más sobre mi y porque escribía libros con una perspectiva diferente a la que tengo ahora, os voy a habar de cómo me afectó la época en la que vivía y como afectó ésta a mis obras.
La mayor parte de mi vida transcurre en el siglo XVIII, cuando se difunde y desarrolla una nueva forma de pensar que dará lugar a un gran acontecimiento: la Revolución francesa. Esta marcará una nueva etapa en la historia de la Humanidad.
A lo largo de este tiempo, observé que las personas de mi alrededor pensaban de una manera diferente basada en que la razón y el progreso daba al ser humano la felicidad; esto dio lugar a una separación entre el pensamiento laico y el religioso (secularización). Sobre todo, esta separación afectó al arte, en el que intentaba buscar la utilidad: las obras debían tener siempre una orientación práctica.
Las personas que nos difundían este mensaje eran los ilustrados a través de libros (mejora en educación) y crearon la Enciclopedia, donde se recopilaban y se difundían sus pensamientos ilustrados. En aquel tiempo oí hablar de algunos grandes pensadores franceses que aportaron mucho a la Ilustración como: Montesquieu, Voltaire y Rosseau.
También nos creímos libres e iguales, y este pensamiento logró hacer transformaciones políticas, religiosas y sociales. Una de ellas fue el Despotismo Ilustrado, cuya esencia se resume en una frase "Todo para el pueblo pero sin el pueblo". Nuestro rey Carlos III fue uno de los que aplicó esta frase en su gobierno en España.


Obras en prosa

Ayer estaba dándole vueltas a la cabeza pensando por qué me he convertido en un escritor tan famoso y se me ocurrió que una de las razones por las que me conocéis es porque soy el autor de una de las obras más famosas de España. Escribí Noches Lúgubres, un libro que cuenta una historia bastante desafortunada. Fue publicada por entregas en el Correo de Madrid entre los años 1789 y 1790. Tuvo muchas ediciones, a pesar de que fue censurada por una denuncia. En ella se hablaba de un muchacho que había malinterpretado el significado del libro y se basó en él para maltratar a sus hermanos y amenazar con quitarse la vida.
Ojalá que no todos los lectores hayan leído este libro con esa perspectiva y lo hayan disfrutado de verdad.